Es el mes de diciembre, y Kinsey Millhone atraviesa una época de calma. Tiene entre manos un caso rutinario: una colisión entre dos vehículos, que ha de investigar para el abogado Lowell Effinger. Sin embargo, a medida que avanza en sus pesquisas, empieza a sospechar que la mayoría de los implicados, incluidos los testigos, no son lo que parecen. Además, la tranquilidad de Kinsey se ve perturbada cuando Gus Vronsky, un vecino que no se distingue precisamente por su amabilidad ni su buen humor, sufre una caída y no puede valerse por sí mismo; contrata entonces a Solana Rojas, una enfermera que habrá de cuidarlo y tras cuya aparición Gus parece ir de mal en peor. Para colmo, Henry, el octogenario casero de Kinsey, se echa novia e insiste en que la detective le dé su opinión. Inmersa de pronto en todos estos asuntos que no le dan respiro, Kinsey se ve obligada a agudizar su olfato de investigadora, pues tendrá que lidiar con peligrosos psicópatas, con desaprensivos inquilinos y caseros y con ciudadanos aparentemente honestos que, de una manera u otra, hacen trampa y ocultan una identidad irredenta

From Publishers Weekly Starred Review. The 20th Kinsey Millhone crime novel (after 2005's S Is for Silence), a gripping, if depressing, tale of identify theft and elder abuse, displays bestseller Grafton's storytelling gifts. By default, Millhone, a private investigator in the small Southern California town of Santa Teresa, assumes responsibility for the well-being of an old neighbor, Gus Vronsky, injured in a fall. After Vronsky's great-niece arranges to hire a home aide, Solana Rojas, Millhone begins to suspect that Rojas is not all that she seems. Since the reader knows from the start that an unscrupulous master manipulator has stolen the Rojas persona, the plot focuses not on whodunit but on the battle of wits Millhone wages with an unconventional and formidable adversary. Grafton's mastery of dialogue and her portrayal of the limits of good intentions make this one of the series' high points, even if two violent scenes near the end tidy up the pieces a little too neatly