Este libro forma pareja con otro éxito del mismo autor, la célebre novela Aeropuerto. Célebres ambas por las magníficas versiones cinematográficas, adquirieron a través del cine dos matices diferentes y fuertemente contrastados. Aeropuerto fue todo tragedia y Gran Hotel toda sensibilidad; ambas, sin embargo, profundamente enraizadas en el estilo de un autor que ha sabido pintar con dúctil pincelada la realidad de la vida que lo rodea. Hotel es la historia de un poderoso establecimiento hotelero en Nueva Orleans, la ciudad francesa de los Estados Unidos. Un edificio tradicional y un gerente tradicional que quiere conservar el legado de sus mayores aún a costa de luchar a contracorriente de las nuevas realidades económicas. Un hombre a la antigua, un viejo caballero que ha hecho-de su profesión un mundo y de ese mundo su vida. Peter McDermott es un empleado fiel que se ha hecho a sí mismo dentro de los acogedores muros del hotel y ha llegado a ser ayudante personal del inaccesible Warren Trent, hosco e impredecible personaje que lucha en las sombras de su ático contra la ruina y la inevitable decisión de modernizarse o morir. Mientras tanto, un cúmulo de personajes puebla los pasillos y las lujosas suites ajenos a la realidad que péndula sobre el hotel que los hospeda. En este marco humano tan característico del sur de los Estados Unidos se entabla la lucha entre el progreso y la tradición, la farsa y la realidad, la miseria y la opulencia. Los personajes, de un impresionante realismo, van y vienen, olvidan y mienten, roban y son espléndidos. Un libro que ha ganado por mérito propio el calificativo de un auténtico clásico